miércoles, 12 de marzo de 2014

"Los años de peregrinación del chico sin color", de Haruki Murakami

Título: Los años de peregrinación del chico sin color
Autor: Haruki Murakami
Editorial: Tusquets
Ciudad Fecha: Barcelona 2013
Edición original: 2013
Traducción: Gabriel Alvárez Martínez
Género: Novela pags. 314
Glosario: No
Notas: No
Bibliografía: No
Ilustraciones: No
Precio: 19’95
Calificación: 7

He de reconocer que lo que había leído hasta ahora de Murakami no le convertía ni mucho menos en un autor que me interesase. Este texto llegó a mis manos como suelen llegar las sorpresas: mediante un regalo navideño. Para mi alegría es una novela interesante que, deslizándose levemente a menudo, por ciertos vericuetos fantásticos, pocos y que enseguida se reconducen, y manejando hábilmente personajes extraños más misteriosos que los episodios fantásticos nos sumergen en la atmósfera de la mente de un hombre en plena edad adulta (35) que inexplicablemente fue expulsado de su juventud demasiado tempranamente. El título indica que su nombre “el que construye” le colocaba en su adolescencia un tanto fuera de su grupo donde todos tenían nombre de color. Un elemento, evidentemente el enamoramiento maduro y distante, de una mujer real le lleva a intentar cerrar aquella adolescencia violentamente cortada.
La radical soledad del personaje, también su incapacidad para afrontar ciertas cuestiones mucho más directamente hacen que no lleguemos a identificarnos con él, en realidad suele ser rasgo del autor, vemos a sus personajes pero no los sentimos  -obviamente es una opinión subjetiva- quizás por la asimilación que ha hecho la cultura japonesa de los patrones occidentales. Sin embargo, aquí le acompañamos dudando si estamos en una novela negra, un relato fantástico e incluso de la propia cordura del protagonista. Quizás lo que ocurre no sea un derroche de nada pero el pulso con que está narrado y el peligro que sentimos rodea a nuestro hombre, peligro de no ser quien es, de perderse a sí mismo en los vericuetos de su búsqueda, de escurrírsenos entre los dedos, hace que no nos resulte difícil de engancharnos a su lectura.
El desenlace abierto, como casi siempre en la narrativa japonesa nos deja incómodos pero tranquilos, no sabemos qué va a pasar pero sí sabemos lo que pasó y él también. En suma un libro que vale la pena aunque desde luego no sea una obra cumbre. Especial interés tiene si vamos entresacando de sus páginas la vida de la sociedad japonesa, esos retazos que se cuelan en la peripecia personal del protagonista. Una realidad social ajena a la nuestra pero a la que nos vamos pareciendo cada día más.

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