domingo, 8 de septiembre de 2013

Tokyo 2020, una reflexión


Ayer se concedieron los Juegos Olímpicos del año 2020 a Tokyo. Que se diga aquí no es noticia, evidentemente a estas alturas el universo mundo lo sabe. En realidad me quería limitar a señalar la diferencia estética entre ambos diseños. La funcionalidad formal de los sesenta, escueta y seca, frente a una suavidad que indica cierto retorno, por así decirlo, a formas tradicionales, y como yo suelo tener cierta mala intención me he planteado que si en el 64 los juegos según se desprende de los textos de Oé ya mencionados aquí fueron usados para correr y casi pasar por alto el desastre atómico que todavía se estaba cobrando vidas entonces ¿no es un tanto correlativo que a otro desastre atómico se correspondan otros Juegos? La gestión privada de la crisis de Fukushima, las recientes filtraciones -de agua radiactiva y de información- demasiado cercanas a la elección de sede hace que ambas cosas, al menos para alguna mente como la mía se relacionen sospechosamente. Más cortinas de humo.
Por cierto y si segundas lecturas, estoy seguro que serán un espectáculo soberbio, impecable como cuanto sale de mano japonesa, pero dada mi profunda admiración crítica por el Imperio del Sol Naciente me temo no ser del todo objetivo. Sinceramente y por muchos motivos me alegro de esta elección.

2 comentarios:

  1. Art oriental.
    Da mejor orientación a las imágenes. Soy un profundo desconocedor de oriente y por supuesto me parece perfecto tu comentario. Un abrazo Sr. y agradecido.

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    1. Muchas gracias. Sin duda la imagen de Oriente, especialmente la japonesa es poco conocida más allá de lo tópico y del manga etc.
      Un abrazo y espero seguir viéndote por aquí.

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