lunes, 16 de septiembre de 2013

Relatos de samurais de Miyamori Asataro y Kikuchi Kan

Título: “Relatos de samurais
Autor: Miyamori Asataro/ Kikuchi Kan
Editorial: Quaterni
Ciudad Fecha: Madrid 2013
Edición original:
Traducción: Jordi Olaria Jané, Revisión y adaptación Eva González Rosales.
Género: Narrativa, relatos    pags. 254
Glosario: No
Notas: Sí, pero se echan en falta muchas más.
Bibliografía: Escasísima.
Ilustraciones: pocas y no muy buenas.
Precio: 19´50
Calificación personal: 5 por los pelos.

El volumen, enmarcado en el 400 aniversario de relaciones España-Japón, recoge relatos de los dos autores que, a su vez recogen los relatos orales de los kôdan, cuentacuentos itinerantes, a menudo ciegos, y también un relato recogido por A. B. Mitford, uno de los grandes recopiladores de relatos japoneses con su obra de referencia datada en 1871 “Cuentos del viejo Japón”(-Mitford, A. B.: "Tales of old Japan", Ed: Charles E. Tuttle Company, Singapur 1.993). Loable intento que se queda en eso. Como todo texto tiene sus elementos positivos, entre los que destacan por ejemplo el hecho de centrarse todos los relatos durante el periodo que significa la unificación japonesa tras un larguísimo periodo de luchas de señores feudales y sus ejércitos samurais.
En la historia de los samurais, que viene  a ser lo que tradicional (y cuestionablemente) se llama “feudalismo japonés” que abarca a grandes rasgos desde 1185 con la guerra Gempei hasta 1868 con las naves negras del comodoro Perry obligando a Japón a romper su aislamiento de 250 años. Bien, en este largo periodo los samurais protagonizaron tres momentos claves que han llenado la historia de episodios épicos desde la ética samurai, por supuesto. El primero es, evidentemente, su ascenso con la ya mencionada guerra Gempei que supone la toma de poder por parte de la clase guerrera arrebatándosela a la vieja aristocracia. El tercero será un hecho concreto en 1714: la historia de los cuarenta y siete samurai de la Casa de Asano, más conocida como Los 47 ronin” o “Chusingura”, este episodio supone el momento en que, por primera vez la ley civil se impuso a la norma y la tradición samurai iniciando así el declive, lento, de su poder. El segundo momento fue el paso de acabar con los permanentes enfrentamientos entre daimyos y lograr un poder centralizado que acabó asentándose en Edo, legitimado por un poder ficticio, formal y religioso, encarnado en la figura imperial y su corte de Kyoto. El periodo en cuestión viene determinado por tres inmensas figuras en la historia japonesa: Oda Nobunaga 1534-1582,  Toyotomi Hideyoshi 1537-1598 y Tokugawa Ieyasu 1543-1616. El punto de inflexión será la batalla de Sekigahara en 1600 que dará el poder a éste último. Sin embargo, hubo un momento clave posterior a ella: el sitio del castillo de Osaka donde Toyotomi Hideyori, hijo de Hideyoshi, presentó una feroz resistencia entre 1614 y 15 con resultados trágicos. Este periodo al que nos referíamos de unificación está plagado de relatos heróicos, especialmente relacionados con la resistencia final en Osaka por la especial querencia japonesa a los personajes trágicos. Sin embargo, no conozco texto alguno en castellano que se centre en este momento histórico. Esa es la gran virtud de esta edición. La única a mi parecer.
Me voy a centrar sólo en uno de los varios aspectos negativos de este trabajo: está descolocado. Carece de notas y referencias suficientes para enmarcar las historias que nos cuenta, tanto desde el punto de vista histórico como ético al no tratar en ningún momento los principios de la moral samurai sino sus consecuencias. Para quienes llevamos años en el tema el volumen resulta aburrido pues en ningún momento lograr no ya aportar algo nuevo salvo el relato, sino que ni siquiera logra que el relato en sí interese. A quienes parece estar destinado, es decir personas que quieren acercarse más a la figura del samurai que a la cultura japonesa, les ofrece una serie de relatos y punto. Se echa en falta un corpus de notas contundente que sitúe las historias y las explique pues la gente se abre el vientre cada dos por tres sin mayores explicaciones, por ejemplo, relativas al porque de semejante acto. Bibliografía que tampoco aporta demasiado, ilustraciones que se podían haber evitado y notas buenas pero en extremo sucintas y escasas. Es de lamentar la oportunidad que se ha perdido de poner en el mercado de lengua española una visión más amplia y profunda del personaje del samurai, su cultura, su actitud y su ética en este momento concreto. Soy el primero en lamentarlo.

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