domingo, 1 de septiembre de 2013

"Cuadernos de Hiroshima" de Kezburo Oé o los samurai frente al Apocalipsis

Título: “Cuadernos de Hiroshima”
Autor: Kezaburo Oé.
Editorial: Anagrama.
Ciudad Fecha: Barcelona 2011
Edición original: 1963 y 64
Traducción: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés.
Género: Artículos    pags. 220
Glosario: No
Notas: Sí, muy interesantes y reveladoras.
Bibliografía: No, salvo alguna referencia en las notas.
Ilustraciones: No
Precio: 17’90
Calificación personal: 8

Tras la lectura de “Flores de verano”, con la inmediatez del testimonio de un superviviente como vimos en este mismo blog, “Cuadernos de Hiroshima” resulta especialmente doloroso.
El premio Nobel de Literatura de 1994 Kenzaburo Oé escribió en los años 63 y 64 unos pocos artículos sobre la situación real en Hiroshima, bajo la ocupación norteamericana, los partidos políticos en una lucha –por lo que él describe- desaforada y a pocos meses vista de los Juegos Olímpicos de Tokyo.
El fresco que nos presenta es desgarrador, desolador y trágico sin paliativos. A quien quiera encontrar un atisbo de esperanza o cosa parecida que ni se le ocurra abrir el libro y eso a pesar de las historias de superación, heroísmo y altruismo que Oé nos relata, a pesar del profundísimo respeto no sólo a las víctimas sino a algo más importante: a su actitud ante el desastre y sus consecuencias. Una dignidad que va más allá de lo que Occidente puede entender, quizás no por que sea mayor sino por que es de otra textura moral. La posición cultural del Japón ante el suicidio no sería más que uno de los aspectos que engrandecen esas actitudes. Oé se apasiona y eso es algo difícil de apreciar para ojos occidentales en la literatura japonesa ante lo que está ocurriendo sin abandonar ese distanciamiento objetivo. Marcando claramente su postura cuando vuelve a la frialdad ajena con que describe los comportamientos de las “autoridades” como la del ministro que dijo que él también había perdido una casa en Hiroshima pero que de eso hacía muchos años, o la concesión de una de las mayores condecoraciones japonesas a uno de los militares que estuvieron implicados en el bombardeo atómico. No, no se encuentra en sus textos (siete artículos con un prefacio para la edición italiana, un prólogo, un epílogo y una entrevista tras el tsunami) una rendija de esperanza no tanto por lo que nos cuenta, que sería suficiente como para levantar admiración y esperanza a cualquiera, como por lo que no cuenta, por lo que se escapa entre los dedos del autor como la arena. Voluntaria o involuntariamente Oé nos deja ver un futuro sin escapatoria posible ante una gestión del mundo que no ha mejorado desde el 64.

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